Esta percepción está en línea con la disminución gradual en las tasas de consumo de cigarrillos, que cayó a un mínimo histórico del 11 por ciento en 2022, manteniéndose en ese nivel en 2024 después de un leve aumento. Mientras tanto, el 13 por ciento de los estadounidenses informa que fuma marihuana y el 11 por ciento consume comestibles de cannabis. A pesar de considerar que el alcohol es comparativamente más perjudicial, el 58 por ciento de los encuestados dice que aún bebe ocasionalmente.
La encuesta también reveló que, aunque las opiniones sobre los efectos de la marihuana están divididas, pequeñas mayorías creen que tiene un impacto negativo en la sociedad (54 por ciento) y en los consumidores (51 por ciento). Esto representa un ligero aumento en la preocupación en comparación con 2022. Curiosamente, varios grupos demográficos, incluidos aquellos que han probado la marihuana, jóvenes de entre 18 y 34 años, demócratas y personas que asisten a servicios religiosos con poca frecuencia o nunca, son más propensos a creer que la marihuana tiene un efecto positivo en los usuarios.
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